Me ha llamado poderosamente la atención esta entrevista en el Navegante con Vyomesh ‘VJ’ Joshi, el Vicepresidente de Hewlett Packard en el área de impresión e imagen digital. El titular me parece llamativo, eso de «Queremos que los clientes saquen fotos y las impriman directamente en casa» suena talmente a «Queremos seguir casi regalándoles las impresoras, con tal de que sigan dejándonos un margen claramente abusivo cada vez que compran un cartucho». Vale, es verdad que hablamos con precisamente el responsable del tema dentro de HP, no con HP en su conjunto, y que con los titulares de prensa nunca se sabe, pero francamente, si en esto es en lo que ha devenido el negocio de una de las empresas más innovadoras de la historia, vaya, vaya…
La remodelación de la cadena de valor de la fotografía digital está siendo muy curiosa. De la inicial destrucción de valor para las empresas de película fotográfica, papel, tiendas de fotografía, etc., los Kodak, Fuji y compañía, hemos pasado a uno de generación de valor superior para las empresas que han sabido retenerlo, los fabricantes de impresoras y consumibles como papel y tinta. Hoy en día, una foto impresa en casa sale indudablemente más cara y tiene peor calidad que una de las que nos revelaban antes en una tienda (y eso que en algunas tiendas las revelaban bastante mal, agotando revelador y fijador hasta el límite, etc…) De cara al usuario, lo que inicialmente parecía más valor, hoy parece precisamente lo contrario. No nos engañemos: la fotografía digital puede ser un verdadero chollo. El usuario tira más fotos, tiende a imprimirlas en tamaños mayores, y cada foto, que, a diferencia de los gráficos, siempre tiene fondos completamente saturados en tinta, supone un gasto de tinta y papel completamente irracional con respecto al que podría obtenerse en un proceso industrial o en una tienda dotada del equipo adecuado. ¿Es esta ineficiencia la vaca que esta compañía pretende ordeñar?
Lo que me parece evidente es que no resulta sostenible. Si una empresa pretende retener una cantidad importante del valor de un elemento tan comoditizable como un simple cartucho de tinta, será con el tiempo desintermediada por otras empresas que ofrezcan esos cartuchos, o únicamente la tinta para rellenarlos, a un precio inferior, y los márgenes se erosionarán gradualmente (proceso que lleva tiempo ocurriendo). O bien la gente dejará de imprimir fotos, y se dedicarán a admirarlas en una pantalla más o menos portátil en la que accedes a tus fotos almacenadas vete tú a saber en qué lugar de la Red. Pero pretender montar un negocio grande y sostenible alrededor de algo tan obvio como que la gente imprima en casa y se gaste mucho dinero en cartuchos, me parece francamente toda una cortedad de miras.
Suscribo tu impresión sobre la entrevista al cien por cien. Plantearse la impresión en casa es una barbaridad. Tiene mucho más sentido imprimir las fotos en una tienda de fotografía, donde el precio será mucho mejor. Y no olvidemos que, gracias a la tecnología digital, tenemos la posibilidad de hacer una selección exacta de aquello que queremos imprimir.
Por otra parte me ha sorprendido en la entrevista, por mala, la traducción. La respuesta a la penúltima pregunta dice así:
«R. (Risas) No, no. En realidad yo soy originario de La India, pero llevo en EEUU desde el año 1978. Cuando salí de la Universidad y me contrató HP yo tenía 700 dólares y un televisor, yo no tenía nada, ni siquiera coche: iba andando al trabajo cuando empecé en HP, en 1980. O sea que yo, gracias a Dios, he aprendido muchísimo y creo que HP tiene personas muy grandes, aprendemos todos de todos.»
Dios mío, si parece que han utilizado el traductor de Google.
A mi también me sorprendió semejante estrategia, más cuando están proliferando servicios de revelado digital en El Corte Inglés, Fnac o pixelin.com
Sacas tu fotos, las envías y las recibes reveladas y con calidad.
Nuestro negocio está relacionado con el mundo de los profesionales de la fotografía (tienda y estudios) y hace un par de años estaban todos temblando (continuan, pero menos) porque se les terminaba el «chollo» de los revelados porque nadie podía revelar un carrete en casa, y tenían miedo que la gente no apareciese por la tienda a revelar las fotos digitales. Poco a poco, según van extendiendose las cámaras digitales y llegando a gente más hetereogénea (lease no geek) éstos no quieren complicarse la vida y van a la tienda a que les «revelen» las tarjetas de memoria. Y lo se de primera mano por lo que nos van comentando nuestros clientes.
Yo no creo que la solución esté en ir a la tienda a revelar las fotos, sino en poder imprimirlas en casa a precio razonable y con una calidad decente.
Ya hay maquinas de revelado que soportan Bluetooth, el autoservicio esta muy proximo. Si colocas la máquina en lugares turísticos el negocio es posible.
Enrique (y lectores), yo comento sobre esto en http://www.merodeando.com/archivos/000181.php. También veo el futuro yendo hacia el revelado en remoto: envío las fotos por internet y me paso a recogerlas ya impresas cuando me venga bien y con copias extra para las abuelas….
Enrique, necesitas dotarte de un sistema de trackback…
Ya no es problema de los consumibles, que son caros.¿Que ocurre con la durabilidad?. Casi todas las impresoras de tinta emplean pigmentos artificiales menos el negro. A la luz aguantan lo mismo que los carteles de los politicos.
Impresas en papel quimico (como siempre) la duración se multiplica por cincuenta. Ojalá muy pronto podamos hacerlo en papel de B/N(haluros de plata) y entonces serian 150 años.
Dios dirá
Haloscan dispone de sistema de trackback.